martes, 11 de agosto de 2009

DIA 4. LA LAGUNA DE JÖKULSARLON


Sol, sol y sol...bien!!!! día de película.
Salimos de Skaftafell sobre las 8,30 (recoger tienda, preparanos y desayunar nos cuesta aproximadamente 45 minutos), como al final hemos decidido no hacer el paseo por el glaciar andando (son 2 horas y apenas te da tiempo de llegar al sitio y ponerte los crampones), nos hemos acercado con las bicis hasta una de las lenguas, imaginaros estar allí, casi tocando ese inmenso mar de hielo, ya sabéis a quien de los dos le ha gustado mas no...Manolito llevaba babero...aunque la Ferrer se lo sujetaba...

Con una sonrisa en la cara, empezamos a disfrutar de este día, que hemos empezado con tan buen pie. Nos quitamos incluso hasta ropa...que suertudos que somos!!

Sin dejar de perder de vista el glaciar ni el mar, vamos pasando por pequenos pueblecitos (dos o tres casas), con sus caballos, sus ovejas, sus tractores y poco mas...aunque parecen imagenes de postal con esas altas montanas custodiandoles por las que caen hilos de agua.

Comemos en plan picnic, ya que tampoco encontramos nada, menos mal que llevamos comida desde Espana. Volvemos a montarnos y ya sin parar hasta la laguna de Jökulsarlon.

Estamos impacientes, porque sabemos que hasta que no estas encima no la ves y en cada curva pensamos, allí va a estar...pero no...así que a seguir...Al fin!!!! está si que a sido la curva buena, y un montón de vehículos con sus ocupantes tomando fotos desde lo alto de un risco nos advierten de lo que estamos a punto de ver.

Ni cortos ni perezosos, nos asomamos por dicho risco y no tenemos palabras para describirlo...algo tan distinto, tan espectacular, la naturaleza en estado puro, tan bella...
Seguimos avanzando para llegar a la recepción y tomar un barco anfibio para dar una vuelta por el lago, algo muy recomendable.

El lago Jökulsarlon es una laguna llena de icebergs, en la que solo se ven el 10% de ellos y está repleto (imaginaros lo que hay debajo del agua), la temperatura del lago no es muy baja, pero como desemboca directamente al mar, el agua salada que se mezcla con la de la laguna hace que se mantengan y no se derritan. No hemos visto focas están en está epoca se van al mar.

En el bar nos tomamos una reconfortante sopa de langosta y un sandwinch que mejor no saber que lleva. Después nos hemos acercado a la desembocadura de la laguna con el mar, los icerbergs llegan hasta la playa (espectacular).

Por detrás vuelven a venir unas nubes amenazadoras, así que rápidos intentamos llegar a nuestro destino Káfafellsstadður (que nombrecitos), una vez aquí, montamos otra vez todos los bártulos y como el camping es el jardín de un colegio, cocinamos en el comedor y cenamos dentro.

Al lado nuestro acampa una familia de islandeses, bueno mejor dicho los hombres de una familia de islandeses, con una tienda que parece mas una nave espacial que una tienda, los islandeses son muy aficionados a ir de camping y aún mas cuando hace buen tiempo. Les vemos disfrutar montado su tienda y preparando su cena.

Coincidimos con un par de viajes organizados, y la verdad es que lo tienen bien montado, van en autubuses todoterreno (para poder acceder a las pistas mas dificiles), llevan un remolque enganchado en el que cargan todo el tema de la logística: comida, cocina, menaje, bebida, equipaje.
El conductor lo descarga todo, un cocinero les prepara la cena, mientras el guia les va llenando sus copas con vino, todo un lujo.

En el colegio están alojadas un par de familias españolas con la se conversamos, la verdad es que cundimos...

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