Hoy hemos sido mas remolones para empezar y es que es nuestro ultimo día en bici.
No sabemos si es que el país nos ha querido ensenar los dientes, hemos tenido suerte o que alguien llevó huevos a las monjas Clarisas, pero hoy ha sido un día horrible, horrible de los de dar media vuelta, pero claro, como íbamos a dar media vuelta el último día? decisión...llegaremos a Þingvellir y volveremos con el bus, que para eso están.
Salir de la capital ha sido un peligro, muy arriesgado, imaginaros salir por una autovía de capital con las bicis, nos hemos llevado algún que otro "pitazo", pero no hay mas carretera que esa, no había opción.
Se nos ha hecho muy duro y pesado llegar a Pingvellir y a pesar de que no llevábamos peso, el viento continuo y en contra no nos dejaba tregua y durante en muchas ocasiones rato no conseguiríamos pasar de 8 kilómetros a la hora (en llano) y cuesta abajo era imposible alcanzar mas de 12-14 km/h., un horror.
Þingvellir ahora es un parque nacional, pero antiguamente es donde hubo los primeros asentamientos islandeses, así que podemos decir que es como "la antigua capital", a la que acudían todos los pueblos de alrededor una vez al ano para realizar una especie de convención-congreso, a mi esto me recuerda a las novelas escritas por Jean M. Auel, las de los Hijos de la Tierra, cuando se reunían los del Clan con los de los clanes vecinos y no se si es por ese motivo pero me apetecía mucho visitar este parque.
Ahora no hay nada, solo quedan algunos edificios mas modernos y una iglesia.
Aparte del gran intereses histórico y político, también tiene gran valor geológico ya que en este sitio concretamente es donde se juntan las placas tectónicas, la Eurasiática con la Norteamericana y se ve perfectamente la falla que cruza gran parte de este valle, cada ano esta se separa 2 milímetros.
Después de llegar y visitar la zona hemos abandonado las bicis en el centro de interpretación con un Hot Dog (que mal se como en este país!), la gente nos mira pensado "pobres diablos", aunque alguno hasta se atreve a preguntarnos de donde venimos o que estamos haciendo, la verdad es que la gente a sido muy curiosa durante todo el viaje y nos han preguntado en muchas ocasiones, sobretodo cuando hacia mal tiempo y nos veían empapados...
Solo han sido 55 kilómetros, pero hemos terminado hechos polvo, así que ahora os estamos escribiendo y nos vamos en breve a tomar unas cervezas y a ver si de una vez podemos conseguir comer langosta.
Ha sido nuestro ultimo día en bici y hemos tenido mucha suerte, ni un solo pinchazo, ni una avería, las bicis se han portado estupendamente.
No sabemos si es que el país nos ha querido ensenar los dientes, hemos tenido suerte o que alguien llevó huevos a las monjas Clarisas, pero hoy ha sido un día horrible, horrible de los de dar media vuelta, pero claro, como íbamos a dar media vuelta el último día? decisión...llegaremos a Þingvellir y volveremos con el bus, que para eso están.
Salir de la capital ha sido un peligro, muy arriesgado, imaginaros salir por una autovía de capital con las bicis, nos hemos llevado algún que otro "pitazo", pero no hay mas carretera que esa, no había opción.
Se nos ha hecho muy duro y pesado llegar a Pingvellir y a pesar de que no llevábamos peso, el viento continuo y en contra no nos dejaba tregua y durante en muchas ocasiones rato no conseguiríamos pasar de 8 kilómetros a la hora (en llano) y cuesta abajo era imposible alcanzar mas de 12-14 km/h., un horror.
Þingvellir ahora es un parque nacional, pero antiguamente es donde hubo los primeros asentamientos islandeses, así que podemos decir que es como "la antigua capital", a la que acudían todos los pueblos de alrededor una vez al ano para realizar una especie de convención-congreso, a mi esto me recuerda a las novelas escritas por Jean M. Auel, las de los Hijos de la Tierra, cuando se reunían los del Clan con los de los clanes vecinos y no se si es por ese motivo pero me apetecía mucho visitar este parque.
Ahora no hay nada, solo quedan algunos edificios mas modernos y una iglesia.
Aparte del gran intereses histórico y político, también tiene gran valor geológico ya que en este sitio concretamente es donde se juntan las placas tectónicas, la Eurasiática con la Norteamericana y se ve perfectamente la falla que cruza gran parte de este valle, cada ano esta se separa 2 milímetros.
Después de llegar y visitar la zona hemos abandonado las bicis en el centro de interpretación con un Hot Dog (que mal se como en este país!), la gente nos mira pensado "pobres diablos", aunque alguno hasta se atreve a preguntarnos de donde venimos o que estamos haciendo, la verdad es que la gente a sido muy curiosa durante todo el viaje y nos han preguntado en muchas ocasiones, sobretodo cuando hacia mal tiempo y nos veían empapados...
Solo han sido 55 kilómetros, pero hemos terminado hechos polvo, así que ahora os estamos escribiendo y nos vamos en breve a tomar unas cervezas y a ver si de una vez podemos conseguir comer langosta.
Ha sido nuestro ultimo día en bici y hemos tenido mucha suerte, ni un solo pinchazo, ni una avería, las bicis se han portado estupendamente.
bueno chicos conseguido, las poquitas fuerzas que os queden recuperarlas estos dias que tenemos que acabar de gastarlas para fiestas. laura, nacho y samuel
ResponderEliminarhola chicos
ResponderEliminarestamos agotados solo de leer lo que habeis pedaleado y nos alegramos que todo os vaya tan bien.
ya tenemos ganas de veros.besitos
LA FAMILI
Aquest trajecte també el vam fer i a un company el vent lateral el va tirar a terra. És que el vent a Islàndia és heavy, eh?
ResponderEliminarHola , pero donde estais???? no se si seguis leyendo esto...o habeis llegado a Caspe. Ya tengo un reto,, curar el hueso que me he destrozado en la pierna,,,,poder ciclar e ir a hacer lo mismo que vosotros,,lo he segido por internet , y vaya lugares....
ResponderEliminarbesos
jorge cardo